Nuestros ríos y puertos son piezas clave en el sistema multimodal de transporte. Son la ruta de salida para nuestras exportaciones y, por ende, la fuente de impulso para la producción nacional, las economías regionales, el desarrollo integral del país y también permiten generar un crecimiento más justo, federal y soberano.
Tras 30 años de tener a nuestra principal ruta de exportaciones en manos privadas, el sistema necesitaba entrar en una etapa de recuperación y actualización. En 2021, desde el Estado Nacional tomamos la decisión estratégica de recuperar el control de la Vía Navegable Troncal a través de la Administración General de Puertos (AGP) y no volvimos a renovar la concesión.
Utilizando la estructura, el conocimiento y el capital humano que ya trabajaba en el organismo, comenzamos a controlar, recaudar y a hacer las obras necesarias para garantizar y supervisar las tareas de dragado y balizamiento que generan una mejor navegación y hacen que más embarcaciones, y de mayor porte, puedan surcar nuestras aguas.
También creamos el Ente de Control y Gestión de la Vía Navegable (ECOVINA), un ente de control donde las 7 provincias ribereñas participan en la toma de decisiones, porque creemos firmemente en el federalismo y en que son los Gobernadores quienes conocen de primera mano las necesidades de los habitantes de cada una de las provincias.
Este cambio de paradigma fue fundamental para democratizar y federalizar esta ruta fluvial, por donde pasa un promedio de más de 4.500 buques oceánicos por año y el 80% de la exportación nacional; esto es el 81% de las exportaciones agrícolas, el 90% de los contenedores, el 90% de la exportación de productos agroindustriales y toda la industria automotriz.
Hoy sabemos que se recaudaron 29 millones de dólares de recursos excedentes que invertimos para mejorar la operatividad de la Vía Navegable y bajar los costos logísticos para las y los productores de la Argentina. También sabemos qué circula y cuántos barcos, algo que durante décadas no supimos.
Además, hicimos el llamado a licitación para la construcción del Canal Magdalena, para abrir una nueva puerta de entrada y de salida al Océano Atlántico, integrar nuestros puertos fluviales con los marítimos, unir al país de norte a sur y responder a la necesidad de contar con una salida directa de la producción argentina hacia el exterior.
Pusimos en marcha un Plan de Modernización de Transporte con el que terminamos obras en 7 puertos y tenemos otros 6 en ejecución, para recibir cada vez más barcos e impulsar la producción y el turismo.
Son políticas concretas que nos permitieron romper récords de turismo en cruceros, que significan un gran aporte económico porque potencian el comercio a través de los restaurantes, los recorridos históricos y del abastecimiento de los barcos con alimentos, con combustible, con productos y servicios.
Durante los cuatro años de gestión logramos nuestro objetivo de reactivar y desarrollar el sector portuario y fluvial marítimo con inversiones estratégicas, obras de infraestructura, sinergia entre lo público y lo privado, con un diálogo inteligente y multimodal, apostando por la producción nacional, apuntalando el crecimiento económico y sentando las bases para desarrollar la Argentina grande que nos merecemos.